El 30 de agosto empieza el juicio al policía asesino

Después de cuatro años de lucha, el 30 de agosto el policía Benítez va a ser juzgado por el tribunal oral nº 3 de San Isidro.

Convocamos a acompañarnos desde las 9:00 en Ituzaingó 340, San Isidro.


domingo, 14 de agosto de 2011

El caso

El 23 de diciembre de 2007, a la hora de la siesta, Sonia Colman, de 45 años, militante socialista y madre de tres hijas, estaba trabajando en el cruce de la ruta 26 con la calle Valentín Gómez, pleno centro comercial de Del Viso. En víspera de Nochebuena, un sábado a las dos y media de la tarde, el lugar era un hormiguero de gente que iba y venía. Sonia vendía accesorios de parrilla a los conductores de los vehículos que se detienen en el semáforo camino a sus quintas o countries. Estaba esperando una nueva luz roja para acercarse a los autos, cuando llegó un patrullero, persiguiendo un auto en el que iban dos muchachos desarmados, que habían robado una billetera con $80.
El teniente 1º Oscar Benítez bajó del patrullero con su escopeta Ithaka 12/70 cargada con cartuchos con postas de plomo, apuntó y apretó el gatillo. Cuatro perdigones dieron en un auto estacionado, cuyo conductor acababa de bajar para entrar a un comercio. Otros tres pegaron en el cartel de publicidad de un kiosko puesto en la vereda. El noveno dio en pleno pecho de Sonia Colman, que murió en el acto.
El asesinato de Sonia, apenas a trece días de la asunción de gobierno de Cristina Fernández, no fue el primero de su gestión, que ha fusilado y asesinado en la tortura a un promedio de uno por día.
Desde el inicio de la causa, los varios jueces y fiscales que desfilaron por la instrucción sostuvieron que fue “un accidente”, e imputaron a Benítez, que siempre estuvo en libertad, homicidio culposo. Infinidad de prueba, y la obviedad de que un policía que descarga su arma cargada de plomo, en un lugar transitado, quiere matar, muestran, como venimos sosteniendo, que no sólo fue un homicidio doloso, sino, además, calificado, porque el policía Benítez actuó en el marco de sus funciones operativas, con un arma reglamentaria provista y cargada por la fuerza.
El policía que iba con Benítez en el patrullero, declaró ante la fiscal que “Benítez tenía la escopeta Mossberg 12/70 cargada con cartuchos de guerra”, y explicó que ellos habitualmente cargan un cartucho antitumulto, con proyectiles de goma, y, por las dudas, cuatro de guerra. Nada nuevo bajo el sol en materia de prácticas para “prevenir el delito”.
Lo mismo sucede con la defensa técnica del asesino de Sonia Colman, defendido por Dr. Fernando Roque Barrionuevo, renombrado letrado de la zona norte que ya se cruzó con CORREPI en otros casos. En el juicio al Escuadrón de la Muerte de Don Torcuato, representó al sargento Hugo Alberto Cáceres (a) El Hugo Beto, jefe del escuadrón, condenado a fines de 2004 a 20 años de prisión junto a su lugarteniente, el policía Anselmo Puyó, por el fusilamiento de Guillermo “Nuni” Ríos. También defendió al policía Juan Pablo Rueda, que fusiló con 9 disparos a Dante Jarcovsky, y fue absuelto por el TOC nº 7.
Después de años de lucha, llegamos a juicio con una “imputación alternativa”. El fiscal que interviene desde hace unos meses, Claudio Scapolán, acusó por homicidio simple, pero, como Groucho Marx, aclaró que, por si a los jueces les parece mucho, también acusaba por homicidio culposo (sin intención de matar), cosa de dejar la puerta abierta a una pena en suspenso de menos de 5 años.
Antonio, y sus hijas, Laura, Natalia y Melisa, estarán en la sala de audiencias, junto a sus abogadas, nuestra compañera María del Carmen Verdú, y Gisela Bustos, del partido Izquierda de los Trabajadores. Junto a los militantes de CORREPI que estarán dentro y fuera del edificio, reclamarán prisión perpetua para Benítez, por tratarse de un homicidio intencional cometido por un integrante de una fuerza de seguridad del estado.

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